RESULTADOS MACROECONÓMICOS Y PERSPECTIVAS A 2025
Al cierre de 2024, la economía peruana muestra una recuperación luego de la contracción de 2023.
Esto a raíz de la normalización de las condiciones climáticas, un entorno inflacionario más controlado y una mejora en el consumo privado. Sin embargo, aún persiste una inversión privada moderada.
En este contexto, resulta importante analizar el desempeño de los principales indicadores económicos y sus proyecciones. Por ello, centraremos nuestra atención en el producto bruto interno (PBI), la inflación y la inversión privada.
El PBI para el periodo enero-octubre 2024 creció en 3.04%, según cifras del INEI. Para el cierre de año, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) proyectó que el PBI crecerá un 3.2%, cifra respaldada por el desempeño de sectores primarios como el agropecuario, pesca y manufactura, y no primarios como la construcción. Esto concuerda con las estimaciones del Instituto Peruano de Economía (IPE), que sustentó su expectativa en el dinamismo de las exportaciones y el gasto público.
En su Informe sobre Perspectivas Económicas más reciente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) menciona que la economía peruana muestra una recuperación moderada en 2024, tras los desafíos provocados por las condiciones climáticas de 2023. Ello permitió cerrar brechas en el PBI y revitalizar sectores clave, lo que contribuyó a la recuperación económica. Sin embargo, este crecimiento estuvo impulsado principalmente por el consumo interno. La entidad estima un crecimiento del 2.4% en el PBI para finales de 2024 y del 4% para 2025.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destaca en su Reporte de Perspectivas Económicas que el PBI peruano experimentó una recuperación en 2024, con un crecimiento estimado del 3.1% al cierre de año. Este repunte se atribuye al impulso del consumo privado, favorecido por una inflación controlada, los retiros de fondos de pensiones y una mejora en los niveles de empleo, según la OCDE. No obstante, la inversión privada registró solo una recuperación moderada, limitada por la persistente incertidumbre política. Por otro lado, las exportaciones se vieron favorecidas por una demanda global estable. Para 2025, la organización proyecta un crecimiento del PBI de un 2.8%.
En términos de inflación, esta cerraría en 2.1% y se reducirá a un 2% en 2025, de acuerdo con las más recientes proyecciones del BCRP. Esto evidencia una estabilidad sostenida en los precios. Por su parte, el FMI proyecta una inflación del 2.4% al cierre de año, alineada con las tendencias regionales de desinflación, con una previsión del 2% para 2025. La OCDE, en tanto, estima que la inflación peruana se mantendrá cerca del 2% en 2024 y 2025. Las proyecciones apuntan a que la inflación estará controlada, lo que respalda un entorno económico más estable para el país.
La inversión privada representó el 17.8% del PBI durante el tercer trimestre de 2024 y se destaca como un factor clave para el crecimiento económico. Según el BCRP, este tipo de inversión registró un crecimiento del 4% durante el penúltimo trimestre del año. Asimismo, la entidad proyecta un incremento del 2.3% en la inversión privada al cierre de 2024, con una recuperación más acelerada del 4.1% prevista para 2025. Este dinamismo estaría impulsado por la reactivación de la inversión minera y los proyectos de infraestructura en transporte. Sin embargo, el entorno político y regulatorio podrían jugar en contra.
En lo que respecta al consumo privado, que representa el 62.1% del PBI, este mejoró un 3.5% con respecto al tercer trimestre de 2023, en un contexto de recuperación en las expectativas empresariales, reducción de la inflación y reactivación del mercado laboral, según el BCRP. Para 2025 se proyecta un crecimiento similar al de 2024, aunque con un carácter más conservador porque ya no se contará con el impulso de circunstancias extraordinarias, como los retiros de fondos de las AFP que se registraron durante este año, según el IPE.
Luego de la contracción de la economía del 0.55% en 2023, el desempeño de la producción este año traería consigo un componente de recuperación más que de crecimiento. Impulsar la expansión del PBI requiere de una mirada transversal, donde los diferentes niveles del Estado coordinen entre sí y generen sinergias para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Si bien resulta fundamental impulsar la inversión pública —que este año dejó de invertir S/ 20,184 millones, según cifras del MEF—, es igual de importante promover un ambiente óptimo para la inversión privada, pues mientras que la inversión pública aportó un 5.2% al PBI, la privada lo hizo en un 17.8% en el tercer trimestre del año.